Oportunidades y Desafíos para el Liberalismo en Argentina

El liberalismo en la Argentina tiene una oportunidad única. El actual momento no puede ser desaprovechado. El Lic. José Luis Arata, transmite en este artcíulo los requisitos básicos e impostergables para avanzar en una conformación política sólida, permanente y con posibilidades reales.

El contexto actual presenta, para el liberalismo, una serie de oportunidades que favorecen su consolidación como alternativa política – ideológica, en el segmento de votantes que se encuentran desilusionados con las opciones actuales y mayoritarias de la política:

    • Es una ideología afín al argentino medio, con puntos de contacto centrales con el núcleo de la identidad nacional: fue la ideología de base de la gran mayoría de los próceres y los formadores de nuestro país
    • Es un programa político que remite a épocas de bienestar, abundancia y protagonismo de Argentina en el concierto mundial: fue el programa liberal el que sentó las bases y fue artífice de la Argentina como potencia mundial a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX.
    • El liberalismo tradicional se vincula en el imaginario popular con la idea de justicia, oportunidades, progreso e institucionalidad, además de las ideas actuales de liberalismo económico.

El momento actual de nuestro país se configura en un escenario social polarizado, maniqueísta y disgregador resultante del fracaso de las dos opciones que aglutinan al grueso de los votos elección tras elección, pero que, alternan en el poder y terminan siendo dos caras de una misma moneda: el falso Progresismo y el falso Desarrollismo.

Se presentan muy diferentes desde el discurso, los métodos y las formas, pero ambos terminan implementando similares programas:

    1. El primer programa corresponde a la concentración irregular de recursos en los sectores más afines a su ideología y alianzas políticas, configurándose alternadamente en estrategias de saqueo o de endeudamiento de los recursos públicos y privados.
    1. El segundo corresponde a la elaboración de instrumentos formales (mediante recursos legislativos), o bien informales que permita la impunidad de los hechos cometidos en ítem anterior.

Así, se observa que la deslegitimación de aquellos que se presentaron como la “Nueva Política”, terminaron implementando una agenda de pobreza moral, intelectual y material arrastrando a la sociedad a un conflicto ficticio que solo sirvió para cumplir sus fines, a expensas del presente y el futuro de la Argentina.

Ante esta situación, el liberalismo emerge como fuerza superadora de esta falsa grieta, que permita devolver a la Argentina a la senda del crecimiento y del progreso general, pero para lograrlo debe superar 4 desafíos en el corto o mediano plazo:

Articulación: redefinición general de los fundamentos y alcances del concepto “liberal”, “liberalismo”, aggiornandolo e integrándose como respuesta a los problemas del siglo XXI, evitando en público el debate dogmático, tradicionalista y purista que ha llevado a la fragmentación de las corrientes liberales. Desafío: Ser una estructura

Territorialización: elaboración de un programa político que integre e incorpore a su identidad de trabajo a la diversidad territorial existente en nuestro país. De esta forma evitaremos la percepción de que el liberalismo es un movimiento de las “urbes”, focalizado en “los problemas de los porteños” o de “las grandes ciudades”. Desafío: Ser Federales

 Desestigmatización: trascender los aspectos meramente economicistas, exclusivamente utilitaristas, incorporando la dimensión humana, institucional y desarrollista – progresista del Liberalismo. Desafío: Ser Humanistas

 Consolidación: plantarse como la alternativa de “sentido común” para la clase media, sectores dialoguistas y votantes independientes. Ampliar la base electoral en mujeres, adultos y adultos mayores. Dejar de ser la opción que resurge cuando fracasan las estructuras vigentes. Desafío: Ser pragmáticos

Un rompecabezas que no puede esperar mas para ser armado.

A modo de conclusión:

El liberalismo debe superar estos desafíos para poder aprovechar este momento único. Debe organizarse, trascendiendo las discusiones dogmáticas y abstractas de la teoría liberal, para elaborar las respuestas que necesita una sociedad cansada de la polarización, alcanzando en su desarrollo a toda la extensión de la nación, rescatando además dentro del liberalismo la agenda social, educativa, científica y estratégica más allá de la económica, demostrando que podemos dar respuestas prácticas a problemas reales y actuales.

El autor es Licenciado en Relaciones Públicas, Egresado del Doctorado en Relaciones Internacionales. Docente universitario de las materias Metodología de la Investigación en Comunicación, Planificación de Relaciones Públicas, Política Contemporánea. Experto en gestión de establecimientos educativos de educación superior