Objetivismo, la Filosofía de Ayn Rand

Alissa Rosenbaum, nombre verdadero de Ayn Rand, nació en la Rusia de 1905. Estudió filosofía, historia y fue guionista de cine. Se graduó en 1924 y experimentó el final del libre pensamiento a manos de los comunistas. A finales de 1925 se exilió en los Estados Unidos, trabajando como correctora de guiones en Hollywood. A partir de 1932 se representan sus primeras obras y se publican sus novelas. Presentó sus pensamientos a través de dos novelas, ambas best-sellers y llevadas al cine, El Manantial (1943) y La rebelión de Atlas (1957).  En estas se presenta al hombre como un individuo racional digno de vivir en la tierra. Fue estadounidense por elección y convicción.  Sus libros aún se publican, llegando a casi 30 millones de copias y traducidos a 20 idiomas. Aunque tiene seguidores, su pensamiento está excluido de los claustros. En la década del 80 la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos hizo una encuesta sobre el libro que mayor influencia había tenido en la vida de sus lectores, el primer puesto fue para la Biblia y el segundo para La rebelión de Atlas. Se opuso tenazmente a todo tipo de colectivismo, fascismos, socialismos e incluso al estado de bienestar de posguerra. Falleció cinco años antes de la caída del Muro de Berlín, en 1982.

Su corriente de pensamiento se llamó objetivismo y es un sistema integrado de ideas que define principios abstractos en los que el hombre debe pensar y actuar. Decía que la realidad, el mundo exterior, existe como algo absoluto y objetivo. Su existencia es independiente de la conciencia del hombre, de cualquier conocimiento, creencias, sentimientos, deseos o temores. Esto significa que las cosas son lo que son. Y la tarea de la conciencia es percibir la realidad, no crearla o inventarla. Así rechazaba toda creencia en lo sobrenatural. Sostenía que no hay ninguna evidencia objetiva de la existencia de Dios. Su apoyo era Aristóteles y se oponía al platonismo, cristianismo y el idealismo alemán (Kant, Hegel, etc.), ya que estos mantienen que la consciencia es la creadora de la realidad, que la realidad extra-mental no es cognoscible tal como es en sí misma.

Para el objetivismo la razón es la facultad conceptual que identifica e integra el material provisto por los sentidos del hombre y durante esa observación se usan conceptos de acuerdo a la lógica. La razón es el único medio del hombre para percibir la realidad, su única fuente de conocimiento, guía y supervivencia. Rechaza al misticismo, no acepta la fe ni los sentimientos, como medios de conocimiento. Define la consciencia como la facultad de percibir lo que existe, no es su función crear la realidad, sino captarla, comprenderla. “Existencia es Identidad, Consciencia es Identificación”, estos conceptos derivan de los hechos de la realidad, por lo tanto, las conclusiones alcanzadas por este proceso racional son objetivas.

En cuanto a la ética, establecía que cada hombre tiene como objetivo máximo buscar su felicidad, su propio interés. El hombre es un fin en sí mismo, debe existir para su propio provecho, no para sacrificarse para otros ni sacrificar a otros para él, debe mantenerse con su propio esfuerzo. Si se declara independiente no puede vivir como un parásito, no debe buscar lo inmerecido. El principio social básico es que ningún hombre tiene el derecho de buscar valores ajenos por medio de la fuerza física. Los hombres deben tratarse de forma libre, consensuada y con mutuo beneficio. Todo lo que es apropiado para la vida de un ser racional es lo bueno. El egoísmo racional se da cuando el hombre busca su interés propio, para mejorar su vida, haciéndola productiva a través del uso constante del pensamiento y un código de valores racionales, reconociendo en los demás el mismo derecho. Nada tiene que ver con la visión tradicional del egoísmo, que se refiere a actuar despreocupadamente, sin normas ni principios, actuando por capricho, a su antojo, buscando satisfacciones físicas momentáneas. Al vivir en una sociedad el hombre no puede ser ciegamente indiferente a los problemas sociales y políticos, ya que lo afectan a él y a su comunidad directamente.  Tampoco es moral ni práctico robar, engañar, defraudar o asesinar.

Criticó al altruismo cuando este implica que el hombre no tiene derecho a existir por sí mismo, que el servicio a los demás es la única justificación de su existencia, y que sacrificarse es su principal deber, virtud y valor moral. Es correcto practicar la bondad, la generosidad con los demás y el respeto por los derechos de otros, pero no es correcto aceptar que la necesidad de los otros es una hipoteca sobre su vida o una obligación moral, como proponen los líderes totalitarios o religiosos. Ayn Rand proponía que todos los menores de edad y los adultos que no pueden valerse por sí mismos deben ser asistidos por la sociedad; comulga con la caridad privada, pero reniega de la pública El principio racional de conducta es: actúa siempre de acuerdo con la jerarquía de tus valores, y nunca sacrifiques un valor mayor por uno menor.

Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes no trafican bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un inútil sacrificio, entonces podrá reconocer que esa sociedad está condenada».

La Rebelión de Atlas, Ayn Rand

Esta corriente sostenía que el sistema político económico ideal era el “capitalista laissez-faire”, basado en un libre intercambio y consentimiento voluntario para beneficio mutuo, donde se reconocen los derechos individuales y el gobierno actúa sólo como protector contra criminales (la policía y tribunales) o invasores extranjeros (el ejército). Su ideal (utópico) es la separación total entre Estado y economía, de la misma forma y por las mismas razones que hay separación entre Estado y religión.

Defendía la libertad a ultranza: un adulto tiene todo el derecho a consumir drogas (acción que condenaba porque era la destrucción de la vida), el aborto es un derecho moral, que debe dejarse a criterio exclusivo de la mujer afectada, cada individuo tiene un derecho absoluto sobre su vida y su cuerpo. Condenaba el reclutamiento forzoso de soldados, al que equiparaba con la esclavitud. Defendía el derecho de publicar cualquier tipo de texto o medio audiovisual, sostenía que las ideas no delinquen. El colectivo no tiene derechos sobre el individuo. El hombre no es ni un lobo solitario ni un animal social, es un animal contractual.

El derecho a la vida es la fuente de todos los derechos, y el derecho a la propiedad es solo su realización. Sin derechos de propiedad, ningún otro derecho es posible. La propiedad privada está basada en la idea de derechos, no de necesidades.

La propia Ayn Rand no se consideraba de derecha ni de izquierda, tampoco anarquista ya que tenía la convicción de que los gobiernos tienen una función legítima pero limitada. Algunos la consideraban minarquista. No era conservadora, se oponía a Ronald Reagan y además era atea. Buscaba la maximización de los derechos del individuo, de los beneficios de la propiedad privada y del sistema capitalista.

Es una lectura muy interesante, sobre todo en una aproximación al pensamiento liberal, ya que su radicalidad, originalidad y claridad en algunas definiciones nos incomoda, obligándonos a reflexionar.

Y hablando de reflexionar, les dejo una pregunta para pensar….