El Mercado de la Política

Estamos viendo desde un cierto tiempo a esta parte, en el terreno de la política argentina, que los movimientos de los partidos tienen cierta correspondencia a lo que uno entiende con la dinámica del libre mercado.

Desde los medios, pero en especial, desde los partidos mayoritarios tradicionales tienen la tendencia a pensar (y transmitir) que “los votos son de ellos”. ¡Salgan de aquí libertarios, son nuestros los votos! ¡Nos quitan cuota!

¿Pero, tienen razón?  Desde el punto de vista de los que creen que en el mercado son las empresas las que fijan su posición como una foto inalterada, e influencian al resto de los stakeholders (bancos, sindicatos, proveedores, medios de comunicación, electores, empleados, Estado, etc…) a tomar partido por ellos, no hay forma de negarles su acierto. Es su modo de actuar, porque es su única forma de pensar el sistema que vivimos.

John B Anderson en 1980 y Ross Perot en 1992, disputaron un fuerte y centenario bipartidismo político. Si bien es poco conocido, existen mas de 40 partidos políticos en Estados Unidos de Norte América.

Si no crees en la libre competencia, si no crees que los emprendedores mejoran al sistema, y si crees que quienes se encuentran en la cima no deben NUNCA bajar, aunque ofrezcan un bien o un servicio mediocre, en efecto la venida de nuevos partidos a la arena política, como los nuevos entrepreneurs, en el mercado, deberían ser frenados.

Así, esas empresas (partidos que fracasaron) continuarán con su gran cuota de poder, cartelizando las opciones del electorado (consumidor). Por ende, no es de sorprender entonces que estos partidos políticos sean firmes defensores de la obligatoriedad del voto.  ¡Claro! Quieren consumidores “obligados” a consumir.  ¿Hay algo peor que la indiferencia de un consumidor? Hasta el monopolio más exitoso, pierde en ese caso.

En un libre mercado el que manda en su elección de compra, es el consumidor, quien debe descubrir la mejor opción entre la interacción calidad / precio.   En la democracia,  este es el elector.

Hayek en la conferencia de la Philadelphia Society, en Chicago, el 29 de marzo de 1968, expreso: 
“…Ya sea en los deportes como en los exámenes, y no menos en la adjudicación de contratos gubernamentales o de premios a la poesía, sería obviamente inútil organizar competencias si supiéramos de antemano quién será el ganador. Propongo que la competencia sea considerada como un procedimiento para descubrir hechos que, de no recurrir a ella, serían desconocidos para todos o, por lo menos, no serían utilizados…”   La competencia  como proceso de descubrimiento – Friedrich A. von Hayek

Por ende, es entendible que haya personajes que griten “nos están robando los votos”, porque piensan tanto al sistema electoral como a los negocios, desde el poder contractual de empresa, y no desde el poder de libre mercado.

El voto es del elector, que elige descubriendo entre diferentes alternativas. Si no hay opciones, no hay competencia, y sin esta no hay mejora continua.

Las empresas no deben estar protegidas, como tampoco los partidos políticos. Ellos/as se deben defender solos/as, actuando de la mejor manera en un mercado abierto y responsable.

Es el mercado en los negocios para con sus consumidores o clientes, y es el sistema político para con sus electores, quienes deben gozar de responsabilidad, de valores, para que lleguen las empresas / los partidos más aptos y así los menos aptos, no sigan beneficiándose de un modelo mediocre, que retroalimente sus intereses mezquinos en detrimento de la prosperidad y bienestar general de la ciudadanía.