Alemania del Este vs. Alemania del Oeste

Alemania dividida, luego de la 2da Guerra Mundial

El sistema capitalista, democrático y republicano bien comprendido, es decir la vida en libertad con autonomía y responsabilidad, nos ofrece desigualdades en el ingreso de las personas pero con una salida sólida, sostenida y extraordinario aumento del bienestar, que ningún otro sistema ha desarrollado jamás. La igualdad del sistema es clara: se entiende como igualdad ante la ley. Igualdad de Derechos individuales, no de ingresos.

Dicho esto, ¿qué importa si Bill Gates tiene 40 mansiones, si casi cada uno de nosotros pudo comprarse su casa, o algunos incluso 2 o 3 propiedades? La desigualdad de ingresos no es un problema en un sistema que persigue el bienestar y la prosperidad a través de la libre competencia.  En efecto, el sistema no presume ni pretende una igualdad material. En otras palabras, no hay un conflicto moral con la desigualdad material.

Miremos el ejemplo de Alemania. En casi 30 años, la ex Alemania del Este, que venía de un sistema comunista, sin competencias ni de libre mercado, logró obtener un nivel de ingresos mayor al de muchos otros países de la Comunidad Europea.

En el año 1991, Alemania del Este (la ex RDA) tenía un PBI per cápita de solo el 32.5% del PBI per cápita de Alemania del Oeste (de la ex Federal).  En el 2019 ya se ubicaba en el 69%. En 30 años se ha reducido notablemente la diferencia, y el bienestar (medido en PBI per cápita), es cada vez más próximo.

Fuente: portal Statista

No van a faltar especialistas que digan: “¡pero todavía hay diferencias entre el oeste y el este!”.  Por supuesto que las hay.  El sistema construye riqueza de la única forma genuina que existe: mediante el ahorro y la inversión. Y para 1991 ya se había producido una brecha importante en

Canciller Angela Merkel, proveniente de leipzig y Presidente Joachim Gauck, fue un pastor prodemocrático en la ex RDA.

cuanto a la matriz productiva, innovación, estado de derecho, respeto de la propiedad privada.  Otra fuente de diferencias han sido las altas tasas de capitalización de determinadas áreas o regiones (como se las considera hoy en Europa), que ya existían al momento de la unificación.  Por ejemplo, el caso de Baviera, que es uno de los estados más ricos de la Alemania reunificada, con las tasas más bajas de desempleo, con una alta participación en la tecnología a nivel internacional, donde casi un tercio de las patentes alemanas provienen de aquí, siendo uno de los centros de investigación más importantes del planeta.  En otras palabras, no estamos frente a deferencias motivadas por “injusticias sociales”, sino a naturales ventajas de inicio.

No obstante, el esfuerzo de los alemanes para que el Este muestre en estos casi 30 años un desarrollo importante, lo podremos observar desde la misma fuente citada (Statista), que al comparar el PBI per cápita en el 1991 vs. el de 2019 de ambas partes, se observa que el Oeste casi duplica su riqueza en 28 años, mientras que el Este lo cuadriplica. ¿Quien imaginaría que el Este crecería mas rápido que el Oeste?.  Aún así, el piso de salida era muy bajo.

Fuente: Portal Statista

Sin embargo no todo es color de rosa, ya que, las diferencias de mentalidad y puntos de vista políticos, como cierta debilidad estructural sigue persistiendo.   Pero ¿Qué nación no tiene contrastes? Acaso, ¿otros países europeos no los tiene?  Como ser: Italia (norte – sur), España (catalanes – madrileños), Gran Bretaña (ingleses – escoceses – galeses); o mismo en nuestro país, Argentina (porteños – el interior).

En conclusión, vemos que más allá de las diferencias estructurales que todavía existen en Alemania, el objetivo de este artículo es concentrarnos en el crecimiento del Este, de cada uno de sus ciudadanos, como esa familia que pudo comprarse su vivienda, una segunda casa en el campo, el auto y tener un ahorro, aunque el dueño de BMW o Daimler tenga 700 propiedades cada uno.  El sistema nos ofrece herramientas que, al emplearlas de la manera adecuada, los ciudadanos pueden gozar de un nivel de vida en constante desarrollo.  Por supuesto, depende de la educación de sus sociedades civiles, sus electores y de quienes las guíen manteniendo las premisas de ese sistema. Dentro de él, la voluntad y la capacidad individual son las que se ponen en juego sin mayores limites que el respeto a la ley.